Un año después de la fundación de Facebook, hubo multitud de quejas de los defensores de la privacidad, estos denunciaban que había una empresa de Internet, que realizaba un seguimiento de los hábitos de los usuarios y encontraba constantemente nuevas formas para explotar dicha información personal para poder sacar beneficio.
Seguro que todo el mundo que ha leído el párrafo anterior está pensando en Facebook, pero esta empresa por la que los defensores de la privacidad estaban preocupados era Amazon.
La preocupación principal era que Amazon recopilaba demasiados datos sobre lo que sus clientes compraban, pensaban en comprar o deseaban que otros les compraran, sin mencionar la información de la tarjeta de crédito.
Durante todo este tiempo ha habido una recolección continua por parte de los “gigantes de Internet” de datos acerca de sus clientes sin apenas escrutinio de cuanta información recopilan y qué uso le dan. Por parte de los usuarios la respuesta mayoritaria a esto ha sido continuar entregando más y más información personal a todo este tipo de empresas que cada vez están más integradas en la vida cotidiana.
La respuesta que suelen dar las compañías cada vez que se pone en duda la recolección masiva de todos estos datos, es de la línea que la respuesta que dio el CTO de Amazon cuando hubo las quejas que se mencionan al principio del artículo, "recopilamos la mayor cantidad de información posible para poder ofrecerle el mejor servicio".
Pero como siempre hace falta un gran escándalo o problema para que la gente se conciencie o empiece a concienciarse, en este caso la noticias de que Cambridge Analytica, una empresa de datos vinculada a la campaña del presidente Donald Trump, habría accedido a información de unos 50 millones de usuarios de Facebook sin que lo supieran.
Esta noticia ha provocado que los usuarios de internet tomen consciencia de qué datos personales estan proporcionando y cuáles de ellos recopilan las empresas, dándose cuenta de que esos datos no sólo se pueden utilizar para proporcionarte un mejor servicio o venderte productos, sino como se ha visto en este caso, para afectar a unas elecciones.
Muchos de los usuarios se sorprenderían de los datos que tienen almacenados muchas de las grandes empresas de Internet sobre nosotros, como YouTube, Facebook, Google, Apple.
Este asunto no es nuevo, pero hasta la noticia de Cambridge Analytica no se había hecho tan viral. Por ejemplo, la Comisión Federal de Comercio de los Estados Unidos ya denunció que Facebook permitía que las aplicaciones de terceros accedieran a más datos de los usuarios de los que necesitaban para operar. Apple fue criticada en 2011 por almacenar los datos de ubicación del usuario. Y Google recibió una multa en 2013 por recopilar datos de usuarios desconocidos mientras reunía imágenes de mapas para Streetview.
Según la forma de negocio y servicio que hay hoy en día, es inevitable que haya que compartir información personal para que así se nos pueda proporcionar un mejor servicio. No estoy diciendo que esto no debería ser así, pero lo que sí que habría que aumentar son los controles y las regulaciones a las empresas que tienen toda esta información, y que se utilice como único fin de mejorar la experiencia del usuario y proporcionar un mejor servicio, pero nunca con otros fines. También se debería informar de forma clara y concisa cómo se utiliza la información y no esconderla, en muchas ocasiones, en condiciones o definiciones muy extensas pensadas para que el usuario (aunque de forma incorrecta) las acepte sin leer debido a la parrafada del texto.
También con esto debemos reflexionar sobre nuestra forma de actuar y la forma de actuar de las administraciones. ¿Es necesario un escándalo para que nos concienciemos de qué información compartimos en las redes? ¿Es necesario un escándalo para que las administraciones pongan los controles necesarios a estas empresas?